GOOD TO BE BAD: LA CALLAS

viernes, 30 de septiembre de 2011

LA CALLAS

Hoy, que tengo un ratito y un poquito de tranquilidad, he querido comenzar con una nueva sección. Esta,está dedicada a otra de mis grandes pasiones. La ópera.
Y evidentemente no podía empezarla de otra manera que mostrándoos a mi interprete favorita. María Callas.


No os se decir lo que esta mujer me transmite,solo deciros que para mí es sencillamente sublime.
Primeramente os voy a poner uno de mis fragmentos favoritos de una obra de Puccini ( Madame Butterfly). Esta ópera no es mi favorita, mi favorita es Tosca de este mismo compositor. Pero no se que tiene esta en la voz de María Callas, no os lo puedo explicar.


A continuación os voy a exponer el fragmento para que lo escuchéis, y después os voy a poner una megareseña, y si, cuando digo megareseña, digo megareseña, por que es enorme, sobre la vida de María Callas. Creo que si le dedicais un poquito de tiempo descubriréis la vida de una artista, que riete tú, de las grandes tragedias de la Literatura. Por su voz y también por su vida es por lo que quizá esta mujer me fascina tanto.




Ana María Kaikilía Sofía Kalogeropoúlou (en griego Άννα Μαρία Καικιλία Σοφία Καλογεροπούλου) (Nueva York, 2 de diciembre de 1923  París,16 de septiembre de 1977), conocida como Maria Callas, fue una soprano estadounidense de origen griego, considerada la cantante de ópera más eminente de la segunda mitad del siglo XX. Capaz de revivir el bel canto en su corta pero importante carrera, fue llamada (como antes la célebre Claudia Muzio) «la Divina». Su nombre está asociado en la memoria colectiva a Aristóteles Onassis, el gran amor de su vida.
Combinaba una formidable técnica del bel canto que daba flexibilidad a su caudalosa voz, que se sumaba a un timbre personal, un gran talento dramático y una particular hermosura, cualidades que le hicieron la más famosa actriz-cantante de ópera de su época. Extraordinariamente versátil, su repertorio se integraba con la ópera seria clásica, como La vestale, de Gaspare Spontini, Alceste, de Gluck, y Medea de Cherubin, hasta las óperas de Giuseppe Verdi o Giacomo Puccini, e incluso Richard Wagner y las óperas del verismo.
Sus estudios del bel canto con la soprano de coloratura española Elvira de Hidalgo le permitieron abordar papeles muy disímiles y resucitar la tradición del bel canto romántico italiano en la verdadera acepción del término y a través de la exhumación de óperas olvidadas como Anna Bolena, de Donizetti.
Desafortunadamente, este esfuerzo, sumado a la súbita pérdida de peso, aceleró el deterioro de su voz y le acarreó múltiples críticas, además de acortar su longevidad vocal. El fenómeno Callas duró apenas algo más de una década, pero su irrupción en el mundo de la lírica dejó una marca imborrable y visionaria.
En la definición del musicólogo Kurt Pahlen, «…su canto asemeja una herida abierta, que sangra entregando sus fuerzas vitales…como si ella fuese la memoria del dolor del mundo…».

BIOGRAFÍA
Era hija de Evangelia Dimitriadis y George Kalogeropoulos, una pareja de emigrantes griegos que llegaron a Estados Unidos en agosto de 1923, asentando su domicilio en la ciudad de Nueva York.
En 1929 George Kalogeropoulos, farmacéutico de profesión, abrió un negocio familiar en un barrio griego de Manhattan y, por la complejidad del apellido, lo cambió por Callas.
Tras la separación de sus padres, Maria viajó a Grecia en 1937 con su madre y hermana, volviendo a adoptar su apellido original, Kalogeropoulos. Comenzó su formación en el Conservatorio Nacional de Atenas, y para inscribirse tuvo que falsear la edad, ya que no tenía los 16 años mínimos. Estudió con la soprano Maria Trivella, y después bel canto con Elvira de Hidalgo, que la formó en la tradición del belcanto romántico italiano. En 1938 hará su debut no profesional como Santuzza en Cavalleria rusticana, en Atenas.
La relación entre Maria y su madre era difícil. La madre presionaba a Maria con sus clases, solicitando a sus profesores que le informasen de todos sus avances; y por otro lado comparaba a Maria con su otra hija, calificándola de «gorda», poco agraciada y únicamente atractiva por su voz. Años después, Maria confesaría a la prensa que su madre la apoyó solamente para tener algún sustento económico y que, si bien admiraba su fortaleza y agradecía ese apoyo, nunca se había sentido querida por ella.
El debut de Maria fue en febrero de 1942, en el Teatro Lírico Nacional de Atenas, con la opereta Boccaccio. El primer éxito lo tendría en agosto de 1942 con Tosca, en la Ópera de Atenas. Pronto cantó Fidelio, Tiefland y Cavalleria rusticana, también en Atenas.Maria Kalogeropoulos decide volver a los Estados Unidos para encontrarse con su padre.
Sus éxitos no fueron muchos hasta que la quiso escuchar Edward Johnson, el director general del Metropolitan Opera House, quien le ofreció inmediatamente los principales papeles en dos producciones en las temporadas de 1946–1947: Fidelio, de Ludwig van Beethoven, y Madama Butterfly, de Giacomo Puccini. Para sorpresa de Johnson, Maria rechazó los papeles: no quería cantarFidelio en inglés, y consideraba que el rol de Butterfly no era el mejor para su debut en América.
Maria Callas mostró tener un carácter muy fuerte y determinante en sus decisiones, que se evidenciaría en el trato con su madre.

CONSOLIDACIÓN Y PLENITUD
Maria conoció en Nueva York al tenor italiano Giovanni Zenatello, director de la Arena de Verona, quien la contrató para cantar La Gioconda, de Ponchielli, en ese anfiteatro. Viajó entonces a Italia en compañía de la esposa de Bagarozy, Louise (hermana de Adriana Caselotti, y allí conoció a su primer esposo: un acaudalado industrial de la construcción llamado Giovanni Battista Meneghini (Verona, 1896 – Desenzano del Garda, 1981), 30 años mayor que ella y decisivo en la gestión de la incipiente carrera de la soprano.
Su debut italiano en la Arena de Verona fue en 1947, bajo la batuta de Tullio Serafin. Su trabajo en la ópera de Ponchielli fue un éxito pero no se reflejó inmediatamente en nuevos contratos. Así, Callas se encontró nuevamente sin empleo, pero gracias al apoyo brindado por Meneghini logró continuar con sus estudios privados de canto, haciendo luego una audición para Serafin en el difícil papel protagonista de Tristan e Isolda, de Richard Wagner, que se iba a presentar en el teatro La Fenice de Venecia en la siguiente temporada. Logró el papel y debutó en el teatro veneciano, obteniendo un clamoroso éxito que le permitió cantarTurandot, de Puccini, y Brünnhilde en Die Walküre (La valquiria), en las temporadas de 1948–1949.
En 1949 se casa con Meneghini y cambia su nombre a Maria Meneghini Callas.
En Venecia se iba a representar la ópera I puritani, de Vincenzo Bellini (el llamado «Chopin de la ópera»), con Margherita Carosio en el papel de Elvira. Una tarde Maria se había cansado de cantar Brünnhilde y comenzó a leer la música del personaje de Elvira. Cuando la esposa de Serafin la escuchó, se lo dijo a éste y pidió a Maria que lo cantase. Además la Carosio estaba enferma y era necesario sustituirla. La mañana siguiente Maria cantó para el director musical del teatro, quien decidió que ella sería la mejor elección como Elvira. Se le dio una semana para aprender la ópera entera, una semana que además incluía tres representaciones de Die Walküre. Después de la primera representación de I puritani el 19 de enero de 1949, Maria Callas se convirtió en «la voz de Italia».
Después de su Elvira en Venecia, María se convirtió en una celebridad en Italia, pero todavía no se le había ofrecido un papel en el teatro más importante del país, La Scala de Milán. Finalmente se le ofreció un papel en la Aida, de Giuseppe Verdi, que Renata Tebaldi no podía realizar. Maria y Meneghini esperaban un gran éxito, pero cuando comenzaron las representaciones de Aida el 12 de abril de 1950, la acogida del público italiano fue fría, situación que la Callas notó al concluir el segundo acto, y en un arrebato de cólera dejó la obra inconclusa. Para la segunda presentación el 7 de diciembre de 1950, La Scala se rindió a María Callas, un éxito que dio origen a su seudónimo «La Divina». La temporada de 1950–1951 inició con I vespri siciliani, de Giuseppe Verdi, siendo una de las actuaciones más aclamadas y recordadas de la soprano.
Entre 1953–1954 bajó más de 36 kilos (80 libras. Cuando reapareció como la tísica Violetta en la puesta en escena de Luchino Visconti de La traviata, en un primer momento ni el director orquestal Carlo María Giulini la reconoció. Era «otra mujer», y Visconti había hallado la cantante-actriz ideal para sus escenificaciones cinematográficas. Visconti la convertirá en ideal Violetta y luego Ifigenia, Elisabetta, Anna Bolena y Amina en La sonnambula, de Bellini.
En 1954 hace su debut en Estados Unidos, en la Lyric Opera of Chicago, como Lucia di Lammermoor.
En 1955, probablemente su mejor año escalígero, canta una Norma que adquirirá estatus legendario.El 17 de noviembre de 1955, al término de la presentación de Madame Butterfly en el Lyric Opera de Chicago, Maria Callas celebraba su triunfo.

RELACION  CON ONASSIS  Y  DECLIVE VOCAL
El 3 de noviembre de 1959, Maria Callas dejó a su marido Giovanni Meneghini por el magnate naviero griego Aristóteles Onassis, un idilio que la prensa de la época difundió exhaustivamente. Esta tortuosa relación sentimental se convertiría en una «tragedia griega».
La soprano se retiró durante un breve tiempo mientras duraba su relación con Onassis, y a su regreso (por falta de práctica y excesiva vida social) a nadie se le escapó que su voz había perdido fuerza y evidenciaba los signos de decadencia que ya se habían advertido años antes
En 1965 la Callas realizó su última representación de ópera con Tosca en el Covent Garden londinense junto a su compañero de escena clásico el barítono Tito Gobbi..Tenía 41 años.
En 1966 renuncia a la ciudadanía estadounidense y toma la nacionalidad griega. De esta manera técnicamente anula su matrimonio con Meneghini. Tenía la esperanza de que Onassis, a quien en verdad amaba, le propusiese matrimonio, pero Onassis dilataba la relación y nunca la complació bajo diversos pretextos.
El 20 de octubre de 1968 Onassis abandonó abruptamente a Callas para casarse con Jacqueline Kennedy, la viuda del presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy, asesinado en Dallas. Callas, herida en lo más profundo de su orgullo, nunca pudo superar el mal trance por el abandono de Onassis y jamás se lo perdonó a pesar de que Onassis, más tarde la buscaría repetidas veces cuando su matrimonio con la viuda americana se había convertido en un martirio.

DECLIVE Y MUERTE

El 25 de mayo de 1970 tuvo que acudir corriendo al hospital y se anunció que había querido suicidarse con una sobredosis de barbitúricos. Por aquel tiempo tomaba más somníferos para dormir, y más barbitúricos para encontrar paz.
Se había instalado definitivamente en París en la más completa soledad hasta su muerte a los 53 años en su apartamento de la Avenue Georges Mandel 36 (y Rue des Sablons) cerca del Arco de Triunfo (hoy esa sección lleva el nombre Allée Maria Callas).
Esta etapa sería recreada en la película Callas Forever, dirigida por su amigo Franco Zeffirelli.
El 16 de septiembre de 1977 María se despertó en su casa de París. Desayunó en la cama y fue hacia el cuarto de baño. Tenía un dolor punzante en el costado izquierdo y se desmayó. Fue llevada otra vez a la cama y bebió un café fuerte. Reclamaron la presencia del médico del mayordomo, que salió inmediatamente hacia la residencia de María, quien murió antes de que llegara. Su funeral tuvo lugar el 20 de septiembre y su cuerpo fue incinerado en el cementerio parisino de Père Lachaise. Las razones de su muerte quedan poco claras: oficialmente se trató de una «crisis cardíaca», pero no se descarta que se suicidara ingiriendo una dosis masiva de tranquilizante. Su urna fúnebre fue robada y encontrada unos días más tarde. Tras su recuperación se dispersaron sus cenizas en el Mar Egeo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mega reseña! xD No la conocía creo, pero sin duda tiene un talento increíble :)
Un beso!

Pinkiland dijo...

Conocía un poco de su vida, pero gracias a tu crónica he descubierto cosas nuevas sobre esta gran diva.
Besoss cielo!!

Myladie dijo...

Gracias chicas por molestaros en leerla, ya se que es un poquito larga, y os juro que he reducido muchíiiismo.Su vida es una locura!!! Y su voz tb!!! Os recomiendo que veáis la película,esta bastante bien. Bueno tampoco es que sea un peliculón ero a mi me gusto.XDDD

Nune Martínez dijo...

madre del amor hermoso! pedazo de entrada hija mia! el otro día viendo "tu cara me suena" vi a Mónica naranjo imitándola y me dejó sin palabras, que mujer...la verdad es que a mí la opera me relaja muchísimo y por las noches cuando tengo mi ratito para relajarme siempre cae alguna pieza, eso sí, por la mañana rooooock!!! Me encanta Maria Callas su voz es de las más espectaculares del mundo! me alegro saber que también compartimos esta afición musical jejejeje.
muaaaaaaaaaaaaaaa

Anónimo dijo...

Muy cierto eso que dices de La Callas, su voz transmite tanto, no hace falta verla, ni entender lo que dice, solo hace falta oirla y sabes lo que quiere expresar, esos matices que le da a cada obra, no deja indiferente a nadie. Enorabuena por tu entrada. Saludos